Un acuerdo inconveniente

Nunca me ha gustado la idea del ‘intercambio humanitario’.

Comprendo a quienes tienen seres queridos secuestrados, cuando insisten en la creación de este tipo de salidas a su drama. He visto el sufrimiento de muchas familias a las un grupo al margen de la ley decide arrebatarles un integrante (por razones económicas o para presionar al gobierno).

Sin embargo, veo esta solución como algo peligroso e inconveniente. Ante todo, serviría para legalizar un chantaje: la próxima vez que las fuerzas del Estado capturen un terrorista o un bandido, sus ‘colegas’ simplemente se dedicarán a secuestrar civiles y a exigir nuevos tratos.

Es crear una puerta giratoria que sólo sirve para debilitar (aún más) la legalidad y las instituciones. Eso, con el agravante de que no existen garantías de que los criminales que salgan de las cárceles no vuelvan a delinquir. Es convertir los centros de reclusión en centros de operaciones terroristas.

****

Ojalá el discurso presidencial del viernes pasado no sirva para perdonar a quienes participaron en el atentado con carro bomba que, una semana antes de la posesión presidencial, dejó una persona muerta. Sean militares o civiles.

Un delito no debe tapar aquellos que ya se estaban investigando.